Queremos que aproveches y disfrutes de Croacia desde el primer momento, y, ya que estarás varios días en Dubrovnik, te puedes permitir el lujo de dedicar tu llegada a visitar Cavtat. Todo dependerá de lo cansado que estés, porque nuestra propuesta es que vayas directamente desde el aeropuerto, puesto que está a solo 6 kilómetros de allí (y de camino a Dubrovnik). Esta ciudad –fundada en el siglo III a. C.– es una mezcla de todo lo que fue, de todos los que la pisaron y controlaron: ilirios, griegos, romanos y eslavos dejaron su huella. Si aterrizas en Croacia con tiempo, no dudes en visitar el palacio del Gobernador, el Mausoleo de la familia Racic o la Casa-Museo Vlaho Bukovac. Y, después, ya sí, has llegado a Dubrovnik. A una ciudad que nunca olvidarás, que te aseguro que recomendarás. Amurallada y declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1979, la “perla del Adriático” no deja indiferente a nadie: playas, arte, cultura, gastronomía, ¡es tanto lo que te espera! Para empezar, un poco de calma (no te acostumbres), dedica esta primera tarde a pasear, reconocer el terreno y, si te quedan fuerzas, conocer algo de la noche croata. Eso sí, sin excesos, que mañana empieza la fiesta.

Ya os avisamos, hoy empieza todo. El principio de una aventura inigualable. La ruta por el interior de la ciudad queremos que la diseñes tú. Los atractivos se multiplican y ha de ser el turista el que dirija sus pasos, pero tranquilo, te daremos unas pautas: todo el perímetro de la muralla (de 35 metros de altura y 2 kilómetros de longitud) se puede recorrer a pie. No dudes ni un minuto, hazlo. Desde allí, desde esa posición privilegiada, admirarás una ciudad increíble, es esta, sin duda, una de esas fotografías de tu ruta por Croacia en 9 días que no se irán de tu mente. Y no querrás que se vaya. Mira al interior, a esas calles que después recorrerás en uno de los cascos históricos más bellos de Europa; pero también en derredor, a esos paisajes de colores que dibujan una postal de beldad máxima; dirige tus ojos al mar, al gran Mediterráneo, y completa la fotografía. ¿Estás ya enamorado de Croacia? Pues te queda muchísimo. Te recomendamos (tranquilo que volverás) que salgas de Dubrovnik para visitar, a 20 kilómetros, el Arboreto de Trsteno. Si prefieres no coger el coche, toma un barco y echa el ancla en la isla de Lokrum, donde las leyendas que circulan por los bosques te atraparán.

El guion de la tercera jornada de tu ruta por Croacia en nueve días lo escribirás tú. Será la última noche que duermas en Dubrovnik, así que elige qué quieres ver. Nosotros proponemos que termines de disfrutar de esta maravillosa ciudad visitando la calle Stradun, los palacios de Sponza y del Rector o la Torre Minceta. Por la tarde, cuando el sol empiece a ponerse, tomar el funicular que sube al Monte Srd siempre es una excelente manera de despedirse de esta “perla del Adriático”. ¿Y en medio? Si tienes tiempo y ganas, no deberías dejar pasar la oportunidad de visitar Perast y Kotor, en Montenegro. Entre ambas ciudades hay poco más de 10 kilómetros y unos 75 entre ellas y Dubrovnik. En Perast, pisa la isla de Nuestra Señora de las Rocas; en Kotor, tienes que ver la Catedral de San Triphhon.

Hoy toca hacer turismo gastronómico. Aunque el día tampoco estará exento de paisajes espectaculares, ya sabéis que en Croacia esa mezcla de atractivos es palpable en casi cualquier lugar. Decimos adiós a Dubrovnik para entrar con el coche en la Península de Peljesac. Es la campiña croata, creerás haber cambiado de país, porque es probable que no imaginaras que Croacia también tiene, por ejemplo, vino, el Dingac es considerado el mejor del país y ahora estás en la tierra de la que nace. Come, bebe y disfruta de las casas típicas durante el camino y en Mail Ston y Ston, ambas ciudades son famosas por su rica gastronomía, liderada por los pescados y los mariscos. Continúas hasta Janjina y Potomje, uno de los muchos (pero también de los mejores) destinos de Croacia para disfrutar del mar y de los deportes acuáticos. De allí, un trayecto en ferry de unos 15 minutos te llevará al segundo lugar de Croacia en el que harás noche: la isla de Korcula.

Llega otro día de ricos caldos y deliciosos pescados. Pero también de naturaleza, una de las más puras y selváticas que verás en Croacia. La de Korcula es de las islas más verdes del Mediterráneo. En ella se suceden las pequeñas y calmas playas, hay más de 200 calas y cuevas, sobre todo, en la parte sur. Todo ello en los 279 kilómetros cuadrados de longitud que tiene la isla. Además, en la capital (donde nació Marco Polo) está uno de los enclaves medievales mejor conservados de la cuenca del Mediterráneo. Recorre la isla, visita el pueblo de Lumbarda, come pescados y mariscos a la parrilla y bebe el vino blando Grk. Un día completo en un emplazamiento idílico. Y ya van muchos. ¡Y los que quedan!

Aparcarás hoy en las calles del segundo gran centro de operaciones de esta ruta por Croacia en 9 días: Split. Tu segundo campo base. Pero, espera, que antes de llegar hay mucho que ver. Desde Korcula, todavía en la isla, irás a Vela Luka, allí se vuelven a multiplicar las tranquilas y escondidas calas en las que desconectar es inevitable. Inexcusable es ir a la Vela Spila (cueva grande), habitada desde la Edad Media, y también a la antigua fortaleza de Forteca. Y ahora sí, en el puerto de Vela Luka cogerás el ferry que, en unas tres horas, te llevará hasta Split. Es el centro neurálgico de la costa dálmata y tiene un interesantísimo casco antiguo, no en vano, es uno de los núcleos urbanos más bellos de Europa. Fue fundada en el siglo IV a. C. y su pasado está unido al del Imperio Romano. Recorre sus calles y llega hasta el palacio de Diocleciano, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1979. Otras paradas monumentales se deben hacer en el Templo de Júpiter y el Mausoleo de Diocleciano, posteriormente convertido en la Catedral de San Diomo. Para terminar este sexto día (el primero en Split) nada mejor que pasear por la ciudad, radiografiarla, conocer sus tiendas y bares, sus zigzaguentes y vivas arterias. Mañana más. Y mejor.

El séptimo va a ser un día relativamente tranquilo. Perfecto para coger fuerzas y afrontar una penúltima jornada tan espectacular como medioambiental. Pero eso ya llegará, no te impacientes. Dedica parte de la mañana a seguir viendo Split, el paseo marítimo, la avenida Marmontova la plaza Trg Republike. Después, cruza uno de los puentes que unen con tierra firme la isla en la que está la Ciudadela de Trogir (también patrimonio de la humanidad) y disfruta de su núcleo urbano de 750 pasos. Por la tarde-noche, vuelta a Split para visitar las Ruinas de Salona y seguir admirando una ciudad que nunca cansa, que siempre sorprende. Piérdete, encuéntrate y vuélvete a perder.

Penúltimo día de ruta (último completo) y una ruta como esta tenía que acabar arriba. Muy arriba. Para rematar hemos preparado una jornada espectacular. De Split irás a Skradin, a poco más de 90 kilómetros de distancia. Desde allí, y en barco, accederás al alucinante Parque Nacional de Krka, una de las maravillas naturales del sur de Europa. Es mucho lo que hay que ver dentro de este magnífico espacio natural de 109 kilómetros cuadrados, pero, por encima del resto, destacan las cascadas (hay hasta siete) por ejemplo, las de Roski Slap y Skradinski Buk (¡no olvides el bañador si vas en verano!). También te quedarás embelesado con sus edificios, los monasterios de Krka y Visovac y la variada flora y fauna. Programa bien el día, porque lo interesante es que llegues hasta el Monasterio de Krka, y se recomienda que se dediquen a la visita al parque, al menos, tres horas. Cuando salgas, aún impresionado, puedes parar en Sibenik de camino a Split. Es una ciudad fundada hace mil años, en la que resalta la Catedral de Santiago, patrimonio de la humanidad.

Se acabó. Pero nada de depresiones posvacacionales. ¿Eres consciente del pedazo de viaje que acabas de vivir? ¿Sabes cuánta gente solo puede soñar con hacer algo así una vez en la vida? Hay que sonreír, y, eso sí, empezar a planear el siguiente: ¿La Toscana, Sicilia, Irlanda?