Descubre la ruta en coche del Conde Drácula
Óscar Fernández
Última actualización
¿Estás seguro que de quieres embarcarte en esta aventura? ¿Crees que estás preparado para conocer las leyendas sobre el Conde Drácula? Allá donde empalaba a sus víctimas (realidad), quizás el lugar en el que les chupaba la sangre (¿mito?). 1.772 kilómetros de misterio. De leyendas sanguinarias. De matanzas. Recorre los lugares en los que Vlad Draculea sembró el terror. Visita también aquellos en los que se inspiró Abraham “Bram” Stoker para pergeñar una de las novelas más famosas de todos los tiempos. Súbete al coche, mete primera, tápate bien el cuello (por el frío) y descubre la ruta en coche del Conde Drácula.
“Bram” Stoker publicó su novela en 1897. Para su personaje principal, el Conde Drácula, se inspiró en un personaje real, Vlad Draculea, al que todos conocían como Vlad Tepes (el empalador). Nació en 1431 y se convirtió en un defensor de pueblo rumano ante el expansionismo otomano y el acoso también de búlgaros y húngaros. La violencia más animal fue su recurso para defender el Principado de Valaquia. Como castigo usaba el empalamiento. Para untar el pan de su comida la sangre de los empalados.
Queremos que descubras la ciudad natal de Vlad Tepes, Sighisoara, también el Castillo de Bran, donde se inspiró Stoker para localizar la guarida del vampiro más famoso de todos los tiempos. Y el Castillo de Poienari, la fortaleza construida por Draculea, el de verdad. Porque esta ruta mezcla realidad y ficción y, a veces, te será difícil distinguirlas.
Atractiva, terrorífica, no apta para cualquiera. 16 destinos en ocho días. Después, nada será igual. ¡Adelante!
Día 1 Ciudad de origen – Bucarest
Día 2 Bucarest – Targoviste – Ramnicu Valcea – Sibiu
Día 3 Sibiu – Hunedoara – Alba Iulia
Día 4 Alba Iulia – Minas de sal de Turda – Cluj-Napoca – Bistrita
Día 5 Bistrita – Piatra Fantanele – Targu Mures – Sighisoara
Día 6 Sighisoara – Viscri – Brasov
Día 7 Brasov – Castillo de Bran – Ploiesti – Castillo de Poienari – Monasterio de Snagov – Bucarest
Día 8 Bucarest – Monasterio de Comana – Bucarest – Ciudad de origen
- Consejos de la ruta
1772Km totales
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Día 1 Ciudad de origen – Bucarest
Primer día y, antes de comenzar a seguir los pasos del Conde Drácula, no puedes perder la oportunidad de visitar Bucarest. Una ciudad que sorprende porque conserva la mezcla de su pasado comunista y su actualidad capitalista. A ello se le suma la existencia de construcciones de diferentes estilos: neoclásico, art decó o belle epoque, para conformar una capital que muchos califican como "la París del este”.
No dejes de recorrer la avenida Victoria y haz todas las paradas que precises. Encontrarás lugares que beben de la historia de esta ciudad, como la plaza de la Victoria o la plaza de la Revolución, junto a las más lujosas tiendas y los hoteles más espectaculares. La calle Kiseleff, el Museo de la Aldea, la Ópera Nacional o el Palacio del Parlamento también son destinos dignos de visitarse si te queda tiempo.
Ahora sí, ¿empezamos a seguir los pasos de Vlad Draculea? Aunque no es algo confirmado (son muchas las leyendas que vas a conocer en esta ruta en coche del Conde Drácula) hay bastantes historiadores que coinciden en atribuirle la fundación de Bucarest, incluso en el Museo Nacional de Historia (en la avenida Victoria) hay un documento de 1459 –firmado por él– donde se menciona por primera vez el nombre de Bucarest.
En el barrio de Lipscani está la primera Corte Real, Curtea Veche, donde verás un busto de “el empalador”. Fue él quien fortificó la ciuadadela construida por su abuelo para elevar el rango de Bucarest a Corte Real. Eso sí, mantuvo Targoviste como la capital del Principado de Valaquia. Esto es solo el principio. Acabas de comenzar una aventura inolvidable.
Día 2 Bucarest – Targoviste – Ramnicu Valcea – Sibiu
De Bucarest hacia el noroeste de Rumania para, tras un desvío para visitar Targoviste, llegar hasta Sibiu. En este segundo día harás 327 kilómetros, así que coge fuerzas con un típico desayuno rumano a base de “caltabosi”, salchichas secas de carne de cerdo y ternera ahumadas y picantes; o “chiflete”, filetes de carne picada con tomate y pepino.
¿Ya? ¿No te habrás puesto morado? Que queda mucho día por delante. La primera parada tiene una importancia tremenda para esta ruta y para Rumanía, ya que es Targoviste, capital del Principado de Valaquia durante dos siglos y, también, el lugar en el que se ejecutó, en 1989, a Nicolae Ceaucescu.
Uno de los principales símbolos de la ciudad es su torre inclinada, impulsada por Draculea. En la Corte Medieval Rumana es donde están algunos de los edificios más notables de esta ciudad, a su entrada está, cómo no, la estatua de Vlad Tepes. Dentro destaca, sobre todo, la Torre del Ocaso, del siglo XV.
De Targovise a Ramnicu Valea, lugar perfecto para hacer un breve descanso que, si te apetece, puedes aprovechar para visitar el Museo de Artes Casa Semian, el Museo de la Aldea de Valcea o el parque Zavoi.
Y llegamos a uno de los puntos fuertes, desde el punto de vista artístico y cultural, de esta ruta: la ciudad de Sibiu. Allí se creó el primer hospital, el primer museo, la primera escuela o la primera farmacia de Rumanía. Adelantada a su tiempo, antes y ahora, porque se la considera una de las ciudades más vanguardistas de Rumanía. Su casco antiguo, en torno a tres plazas (que ahora recorreremos), es patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
La plaza principal y centro neurálgico de esta que es una de las ciudades más bonitas de Rumanía es la Piata Mare (Plaza Grande). Sus 142 metros de largo y 93 de ancho la convierten en una de las más anchas de Transilvania. Imperdible es el Palacio Brukenthal, un monumento barroco que fue sede del primer museo de Rumanía, y la Casa Azul. Los “ojos de la ciudad” son varias casas con pequeñas ventanas que parecen vigilarte. También está la Torre del Consejo. Bajo ella hay un callejón que lleva a la segunda plaza de nuestro recorrido por Sibiu, la Piata Mica (Plaza Pequeña).
Allí encontrarás una amplia oferta gastronómica y, desde el punto de vista monumental, destacan la Casa Luxemburg, la Casa de las Artes o el Museo de la Farmacia. Cuando termines, coge el famoso Puente de los Mentirosos y llegarás a la Piata Huet, allí está la Catedrala Evanghelica de estilo gótico, levantada en 1520. Después, sigue la zona amurallada y termina en la Catedrala Sfanta Treime (la Catedral Ortodoxa de la Santísima Trinidad) este completo paseo por una de las ciudades más interesantes de Rumanía.
Día 3 Sibiu – Hunedoara – Alba Iulia
De Sibiu hacia el oeste para llegar a Hunedoara. Después tendremos que desandar lo andado, pero se trata de seguir los pasos de Drácula. Lo más emblemático de esta ciudad es el Castelul Corvinestilor, también conocido como Castillo de Corvino y Castillo de Hunyad. Sin duda, uno de los monumentos de Rumanía que no te puedes perder. De estilo gótico y con elementos renacentistas y barrocos, destacan sus siete torres defensivas. Pero hemos venido a buscar a Vlad Tepes y lo vamos a encontrar. Un gran número de historiadores coinciden en afirmar que pasó siete años en este lugar, tras ser depuesto por el rey de Hungría, Croacia y Bohemia, Matias Corvino.
La iglesia de San Nicolás, el bosque Chizid y el maravilloso entorno natural con el Monasterio de Prislop y los altos hornos Govasdia y Toplita (lugar en el que se fabricaron algunas vigas de la Torre Eiffel) son otros de los lugares de visita obligada.
Vamos para atrás y torcemos hacia el norte para llegar al punto en el que finalizará esta tercera etapa de la ruta en coche del Conde Drácula, Alba Iulia, que debe su nombre a la madre del emperador romano Marco Aurelio, Julia Augusta. De Alba Iulia hay que destacar su importancia a lo largo de los siglos, ya que es una de las ciudades con mayor relevancia histórica de Transilvania.
Allí, en 1600, Mihai Viteazul fue coronado príncipe de Valaquia, Moldavia y Transilvania, para muchos es el precursor de la actual Rumanía. Más tarde, en 1918, proclamó la adhesión de Transilvania a Rumanía. Alba Carolina, su ciudadela en forma de estrella, con 12 kilómetros de perímetro amurallado es una de las construcciones más emblemáticas.
Esta ciudad bimilenaria guarda en el interior de su Ciudadela sus más importantes tesoros: la biblioteca Batthyaneum, con más de 60.000 incunables y manuscritos, como el Codeus Aureus, un evangelio latino realizado entre los siglos VIII y IX. También el Museo Nacional de la Unión y, por supuesto, la Catedral de San Miguel, la catedral más antigua de Rumanía (siglo XII), restaurada tras la invasión de los tártaros en el siglo XIII.
Perseguimos a Drácula, pero sería imperdonable no empaparse y enamorarse en una ciudad que es historia viva. A veces cruel, a veces amable.
Día 4 Alba Iulia – Minas de sal de Turda – Cluj-Napoca – Bistrita
212 kilómetros harás en este cuarto día de ruta. Tras viajar en el tiempo a un pasado muy lejano en Alba Iulia, cogemos otra vez el coche para ir 70 kilómetros al norte y llegar a las Minas de Sal de Turda. 80 metros de profundidad y una temperatura estable entre los 10 y los 12º C te esperan en un espacio impresionante que es uno de los lugares subterráneos más bellos del planeta y está entre los 25 destinos del mundo más valorados por los turistas. De nuevo se mezcla antigüedad con modernidad, porque junto a la maquinaria usada antaño para la extracción de sal hay todo un parque temático con noria, minigolf o bolera.
La siguiente parada está en Cluj-Napoca, conocida coloquialmente como Cluj. Es el corazón de Transilvania y la segunda ciudad con más densidad demográfica de Rumanía. Tres plazas sirven de conexión de sus principales arterias: Piata Unirii (plaza de la Unión), Piata Muzeului (plaza de los Museos) y Piata Avram (plaza Avram launcu). Frente a la primera está la iglesia de San Miguel, uno de los templos de estilo gótico más importantes de Transilvania. Es la segunda catedral más grande del país e impresiona su torre de 80 metros.
Descubre Cluj caminando por sus pequeñas calles de época medieval y no dejes de visitar el Castillo Bánffy, donde está el Museo Nacional de Bellas Ates o el Monumento a Matias Corvino. Tampoco la iglesia de la Santísima Trinidad, la catedral de Nuestra Señora de la Asunción o la Ópera Nacional Rumana. Y puede que para otro viaje, pero apúntate por ahí visitar la impresionante reserva natural Cheile Turzii, a 40 kilómetros de Cluj.
Además de monumentos y mucha historia, Cluj tiene otra cosa: vida. Es una de las ciudades más vibrantes de Rumanía, entre otras cosas, por su ambiente juvenil, ya que allí está la segunda mayor universidad de Rumanía. Así que descubre su parte monumental, y también la de ocio, por ejemplo, probando sus famosas “Ciorbas”, sopas tradicionales de Rumanía.
Te estarás preguntando: ¿pero no hemos venido a buscar a Drácula? Así es, pero Cluj había que verlo. Ahora llegamos a Bistrita, ni más ni menos que el lugar en el que Bram Stoker situó el castillo de Drácula. De sus muros defensivos del siglo XIV solo hay restos y de sus 18 torres únicamente una se mantiene en pie. Visita el Museo Municipal y la iglesia luterana gótica del siglo XV, con su torre de 76 metros de altura, la iglesia de piedra más alta de Rumanía, con un órgano que tiene 500 años.
Día 5 Bistrita – Piatra Fantanele – Targu Mures – Sighisoara
Esta es una jornada importante en esta ruta en coche del Conde Drácula, porque terminaremos (y dormiremos) en la ciudad natal de Vlad Tepes, de “el empalador”. Pero antes de esto tendrás que elegir. Vamos a darte dos opciones: circular 50 kilómetros hacia el este hasta llegar a Piatra Fantanele, donde recorrerás el Hotel Castel Drácula, para, después, dar marcha atrás, volver a Bistrita e ir al sur hacia Targu Mures, a 93 kilómetros. Lo dejamos en tus manos.
Si optas por la primera opción, descubrirás un hotel decorado hasta el último detalle para hacerte creer que estás entre vampiros, mejor dicho, que tú también eres uno de ellos. El hotel se sitúa a 1.116 metros sobre el nivel del mar.
La siguiente parada, sí o sí, es Targu Mures, fue la residencia real del rey de Hungría Matías Corvino. No dejes de ver el Castillo Targu Mures, del siglo XV; el Palacio de la Cultura, del XIX; el Palacio de Apolo, del mismo siglo, o la Casa Teleki, una de las bibliotecas más importantes de Rumanía con más de 250.000 ejemplares.
Ahora sí, ¿estás preparado? Llegamos a Sighisoara, una de las ciudades más bellas de Transilvania, que vio nacer a Vlad Tepes. Su centro histórico mantiene en perfecto estado su tipología medieval y fue considerado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1999. Fue fundada por los sajones llegados de Alemania en la Edad Media y su fisonomía es defensiva. En pie quedan nueve de las 14 torres y dos de los cinco bastiones artillados. La Torre del Reloj es imperdible y las vistas desde ella alucinantes. También la Torre Cositorilor, la de los Herreros, la de los Tintoreros o la de los Sastres. En la plaza de la Ciudadela está el monasterio dominico y en su parte alta la iglesia en la Colina, del siglo XV.
Todavía no te vas a dormir, queda lo mejor. El que fuera hogar –y lugar de nacimiento de Vlad Tepes– es ahora el restaurante Casa Vlad Dracul, es el edificio más antiguo de Sighisoara. Podrás visitar la habitación de su infancia o hacerte fotos frente a su retrato. ¿Estás preparado?
Día 6 Sighisoara – Viscri – Brasov
40 kilómetros al sureste de Sighisoara está Viscri, nuestra siguiente parada en la ruta en coche del Conde Drácula. Otra aldea fundada por sajones, que destaca por tener una de las iglesias fortificadas transilvanas declaradas patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Pero lo mejor que puedes hacer en Viscri es pasear por sus calles sin rumbo planificado. Dejándote llevar.
Eso sí, tampoco te relajes tanto que hay que irse a Brasov y allí hay mucho que ver. Está a 80 kilómetros al sureste de Viscri y es una de las ciudades más importantes de la región. Su tesoro es la iglesia Negra, construida en el siglo XIV, que es el mayor monumento religioso de estilo gótico del Sudeste de Europa. En 1689, durante la invasión austriaca, sufrió un gran incendio que dejó sus muros de ese color que ahora le da nombre. Tiene la campana de mayor peso de Rumanía: seis toneladas. En la muralla se conservan algunas de sus torres, entre ellas, las conocidas como Torre Negra y Torre Blanca.
La variedad de estilos de sus monumentos, desde el gótico al renacentista pasando por el barroco, la han convertido en escenario de muchas películas de época. Visita la plaza del Ayuntamiento, la calle Republicii (principal arteria y centro neurálgico comercial), la Torre del Trompetista o la Casa del Mercader, de estilo renacentista y convertida en restaurante.
Pasea y disfruta, pero nada de dar un paseo nocturno por el bosque, porque muy cerca de la ciudad habitan osos que buscan comida.
Día 7 Brasov – Castillo de Bran – Ploiesti – Castillo de Poienari – Monasterio de Snagov – Bucarest
Penúltimo día de ruta y más vale que te queden fuerzas. Porque es la jornada más larga (587 kilómetros) y desde el minuto uno está llena de sorpresas y puntos fuertes. La primera parada es el atractivo turístico más importante de Rumanía, el lugar de Rumanía que más visitantes recibe y, probablemente, una de las razones por las que te has metido en esta aventura.
El Castillo de Bran fue el que inspiró a Bram Stoker para crear la mansión de Drácula. En realidad, Vlad Tepes solo pasó allí un par de noches, encerrado en las mazmorras durante la dominación otomana, pero da igual. Esta construcción de 60 habitaciones, zigzagueantes escaleras y pasillos, e, incluso, pasadizos subterráneos, erigida en 1377, es uno de los momentos culminantes de este viaje (pero no el único).
Lo que viene ahora te sorprenderá. A unos 120 kilómetros al sur de Bran está el Castillo de Poienari (si quieres puedes hacer una parada intermedia en Ploiesti y degustar un steak Drácula). Aquí, en Poienari, sí que vivió Vlad Tepes. Ahora está prácticamente en ruinas, pero mantiene ese halo de misterio. Su entorno natural es un espectáculo, ya que se ubica en lo alto de una montaña.
La tercera parada es en el Monasterio de Snagov, del siglo XIV. Y vuelven las leyendas, porque a este lugar solo se puede acceder en barco y, a principios del siglo actual, se realizaron unas excavaciones arqueológicas en las que algunos dicen que se encontraron los restos del mismísimo Vlad Tepes. Pero también dice la leyenda que le cortaron la cabeza y ninguno de los esqueletos encontrados estaba decapitado.
Día 8 Bucarest – Monasterio de Comana – Bucarest – Ciudad de origen
Último día, pero no lo vamos a desperdiciar. Aprovecha para visitar lo que no te puedes perder de Bucarest, si es que no lo has hecho ya. E intenta guardarte un rato antes de marcharte para hacer una última excursión. Será al Monasterio de Comana, a 40 kilómetros al sur de Bucarest.
Este monasterio se erigió en 1461 por orden de Vlad Tepes y en unos trabajos arqueológicos realizados a finales del siglo XX se encontró un esqueleto ¡sin cabeza! ¿De quién? Efectivamente, los expertos dicen que es de él, del protagonista de esta ruta de Vlad Draculea. Misterio hasta el final.
Consejos en ruta
- Nada de alcohol al volante: en Rumanía la tasa máxima es de 0,0 g/l y las sanciones son cuantiosas, así que mucho cuidado.
- Pocas gasolineras: cuando tengas oportunidad llena el depósito, sobre todo si vas por zonas montañosas, o pasarás un mal rato buscando otra oportunidad.
- Carreteras y conductores: hay muchas carreteras en mal estado y los rumanos no siempre respetan las normas de tráfico, así que tómatelo con mucha calma y muchos ojos.