Ruta en coche por Londres y alrededores

¿Tu vuelo a Londres sale de tu ciudad a una hora muy temprana? ¡Genial! De esa manera podrás sacar el máximo partido al primer día de tu ruta en coche por Londres y alrededores. Si llegas a tu destino por la mañana tendrás más tiempo por delante para disfrutar de la ciudad. Lo primero que deberás hacer al aterrizar en Londres será recoger tu coche de alquiler en el aeropuerto. A partir de ahí tú decides qué lugares de Londres quieres conocer (o volver a visitar) en ese primer día. Puedes dejar tu equipaje en el hotel -si tu habitación no está disponible al llegar porque aún es pronto, podrás dejar las maletas en consigna- y dirigirte, por ejemplo, a la zona de Westminster. En toda lista de lugares que ver en Londres no deberían faltar la catedral de Westminster, el Big Ben, el puente de Wesminster y el Palacio de Buckingham. Cerca de ahí se encuentra Downing Street, la residencia del Primer Ministro. Si el día acompaña, puedes dar un agradable paseo por el parque de St. James. Y si no, siempre podrás encontrar un refugio tan placentero como el del British Museum, la National Gallery o la Tate Modern. Otra opción para la tarde-noche de Londres, sobre todo si ya conoces la ciudad, es disfrutar de alguno de sus musicales. En ese caso conviene que reserves tus entradas con la mayor antelación posible antes de viajar a Londres.

En este segundo día de tu ruta en coche por Londres y alrededores te aguardan dos ciudades con mucho encanto: Oxford y Bristol. Aunque las distancias no son excesivamente largas, te recomendamos que madrugues para que puedas dedicar el tiempo suficiente a cada una. En Oxford podrás conocer alguno de los muchos ‘colleges’ que dan un solemne aire universitario a la ciudad. El más importante es el Christ Church College, cuya capilla es al mismo tiempo catedral de la diócesis de Oxford, entrada al mundo de Alicia en el país de las maravillas… y escenario de las películas de Harry Potter. En Oxford también podrás ver su particular Puente de los Suspiros, similar al de Venecia; conocer la Biblioteca Bodleiana; y subir a la torre de la iglesia de St. Mary para admirar las vistas. Hay más cosas que ver y hacer en Oxford, pero recuerda que la ciudad comparte protagonismo en esta jornada con Bristol, tu lugar de alojamiento en esta segunda etapa de la ruta en coche por Londres y alrededores. Seguro que agradecerás haber madrugado -y, tal vez, no haberte entretenido más de lo deseable en Oxford- cuando llegues a Bristol y veas el puente colgante de Clifton, el emblemático barco SS Great Britain y las obras del artista urbano más conocido y misterioso del mundo: Banksy. También para disfrutar de una pinta de cerveza y de una cena en Harbourside, una zona con un magnetismo especial.

No debes asustarte al ver cinco emplazamientos en el programa de esta nueva etapa de tu viaje. Las distancias son cortas entre ellos, así que tendrás tiempo suficiente para conocerlos todos siempre que tu despertador suene temprano… y resistas la tentación de apagarlo y quedarte en la cama. El primero de los lugares que visitaremos al dejar Bristol es Bath, reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. De hecho cuenta nada menos que con más de 5.000 edificios protegidos. Además de visitar su abadía del siglo XV y el imponente Royal Crescent, hay algo que no puedes dejar de hacer en tu recorrido por Bath, la ciudad donde Jane Austen escribió varias de sus novelas: bañarte en sus espectaculares termas romanas. Eso sí, ¡no te relajes demasiado que después quedan muchos lugares a los que ir! El siguiente de esos lugares es Stonehenge, el famoso conjunto megalítico reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986 y para cuya visita conviene que reserves tu entrada con antelación. Cerca de allí te espera Salisbury, con su colosal catedral medieval y su torre de más de 120 metros de altura. En esta catedral, que alberga los cuatro ejemplares originales de la Carta Magna de 1215 y cuenta con el reloj en funcionamiento más antiguo de Europa, se inspiró Ken Follett para escribir la novela Los pilares de la tierra. La visita a la catedral de Salisbury lleva su tiempo, pero puedes completarla con un paseo por Market Place antes de volver a tu coche de alquiler y conducir hasta tu siguiente punto del día: Southampton. Southampton es conocida por ser la ciudad del Titanic. En realidad, el barco se construyó en Belfast, pero fue aquí desde donde zarpó. Como solo dispondrás de unas pocas horas, puedes ir a la puerta de Bargate -la antigua entrada a la ciudad-, dar un paseo y cenar en alguno de los muchos restaurantes de Oxford Street. Si quieres alargar un poco más la noche no tendrás problema para encontrar animación en alguno de sus pubs.

Aún podrás hacerte una idea de cómo es Southampton durante el día antes de poner rumbo a Londres. Claro que será mejor no entretenerse mucho porque el tiempo es oro y más cuando después te espera una ciudad como Londres. Puedes aprovechar este día para conocer los lugares que no tuviste tiempo de visitar al comienzo de la ruta en coche por Londres y alrededores y también para descubrir otros rincones de Londres con encanto. Broadway Market, la calle que enlaza el Támesis con el parque de London Fields, puede ser uno de esos puntos, sobre todo si buscas lugares donde reponer fuerzas o darte un capricho gastronómico. Cerca de allí se encuentra Netil House, un llamativo espacio multidisciplinar en el que artistas y diseñadores trabajan y exponen sus creaciones. Después puedes dirigirte a The Shard, el rascacielos más alto de Londres, y tomar algo en el barrio del Soho. Todo depende de tus preferencias y del tiempo del que dispongas…

Aunque nos cueste (y mucho), llega el momento de irnos despidiendo de Londres. Eso sí, si tu vuelo sale por la tarde o, mejor aún, por la noche, todavía puedes completar algún plan pendiente en Londres. Por ejemplo, acudir al barrio de Shoreditch y acercarte al mercado de Spitafields, con todo tipo de prendas, exposiciones y propuestas gastronómicas. O al mercado de Brick Lane para hacer tus últimas compras antes de dirigirte al aeropuerto con suficiente antelación, devolver tu coche de alquiler y tomar el vuelo que te lleve de regreso a casa.