Antes de adentrarnos en Transilvania, tendremos la oportunidad de conocer parte del encanto de Bucarest. El primer día de nuestro viaje, el del vuelo hasta la capital de Rumanía, será una primera toma de contacto con Bucarest, una ciudad que podremos recorrer con más tiempo en el tramo final de nuestra ruta por Rumanía.
Una vez que hayáis recogido vuestro coche de alquiler en Bucarest y os hayáis instalado en vuestro alojamiento, podréis dar un tranquilo paseo por el centro de una ciudad conocida en su momento como “la pequeña París del Este”. El centro de Bucarest engloba una curiosa combinación de estilos arquitectónicos medievales, renacentistas, neoclásicos y modernistas. Después, tanto en este artículo como en tu ruta por Rumanía, dedicaremos más tiempo y espacio a los lugares que ver en Bucarest.

El día que tendrás por delante será especialmente intenso, así que conviene haber descansado bien la noche anterior y coger fuerzas con un buen desayuno en Bucarest antes de iniciar tu ruta en coche. Sinaia, a unos 130 kilómetros al norte de Bucarest, será la primera parada de la jornada. Sinaia es, por un lado, un magnífico lugar para practicar deportes de invierno y senderismo por alguna de sus hermosas rutas; y, por otro, una ciudad con atractivos turísticos como el castillo de Valea Peles, uno de los monumentos más destacados de la Europa de la segunda mitad del siglo XIX y el segundo más visitado de Rumanía. El monasterio de Sinaia y el castillo de Pelisor son otras interesantes visitas que puedes realizar antes de continuar en coche hasta uno de los enclaves más especiales no solo de nuestra ruta por Transilvania sino de toda Rumanía: el castillo de Bran.
El castillo de Bran es el más punto de interés turístico más visitado de Rumanía. Y es lógico si tenemos en cuenta que, según parece, fue el castillo que sirvió de inspiración a Bram Stoker como morada del conde Drácula. Eso sí, ni Bram Stoker viajó nunca a Transilvania ni el castillo de Bran fue la residencia oficial de Vlad el Empalador, sino el castillo de Poenari.
Después de la visita al imponente castillo de Bran con sus 60 habitaciones y sus misteriosos pasajes subterráneos, podrás dirigirte a Brasov, que está a unos 30 kilómetros del castillo de Bran y que será el lugar donde pasaréis la noche. ¡Tranquilos, nos referimos a Brasov, no al castillo de Drácula!
Brasov es una de las ciudades más bonitas de Transilvania con su plaza principal (Piata Stafului) y su Iglesia Negra (Biserica Neagra), la iglesia gótica más destacada de Rumanía. Así que conviene no entretenerse demasiado en las visitas anteriores para tener tiempo suficiente como para admirarla.

La siguiente noche también la pasaremos en Brasov después de una agradable jornada de turismo por sus alrededores. La primera parada la haremos en la espectacular ciudadela de Rasnov, a unos 20 kilómetros al suroeste por la carretera DN73. Las vistas desde las murallas de la fortaleza son espectaculares. Después tenéis la opción de visitar el parque temático de dinosaurios Dino Parc antes de dirigiros a Zarnesti, una recogida localidad enclavada a los pies de los Cárpatos que actúa al mismo tiempo como puerta de entrada al siguiente punto de interés del día: el Parque Nacional Piatra Craiului. Si tienes la oportunidad, puedes descubrir el encanto de un pueblo como Magura antes de seguir explorando el parque nacional y regresar a Brasov.

A menos de 20 kilómetros de Brasov se encuentra la iglesia fortificada de Prejmer, otra de las joyas que te esperan en tu ruta por Transilvania. Claro que esa no será la única iglesia fortificada que podrás ver en el cuarto día de tu viaje. Cerca de allí, a unos 10 kilómetros, podrás conocer la iglesia fortificada de Harman. Y después, a unos 80 kilómetros al noreste de Harman, podrás visitar la iglesia fortificada de Viscri.
El plato fuerte del día será la encantadora ciudad de Sighisoara, una de las más bonitas de Transilvania. La Torre del Reloj es un excelente punto para recorrer el casco histórico de Sighisoara, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999. Una opción interesante para comer en Sighisoara y degustar alguno de los platos típicos que debes probar en tu ruta por Rumanía es acercarte a Strada Cositorarilor, 5. Es ahí donde se ubica Casa Vlad Dracul, el edificio más antiguo de la ciudad y la casa natal de Vlad Tepes. Sighisoara será la ciudad donde nos alojaremos en la cuarta noche de nuestro viaje.

La nueva etapa de nuestra ruta por Transilvania en coche tendrá como salida Sighisoara y como llegada la localidad de Sibiu. Pero antes de llegar ahí, nos dirigiremos a Biertan para ver su iglesia fortificada, una de las siete iglesias fortificadas de Transilvania reconocidas por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
A continuación pondremos rumbo a Sibiel, una aldea situada a unos 100 kilómetros al suroeste de Biertan. Se trata de un pequeño pueblo medieval de apenas 50 habitantes que es una auténtica delicia, igual que los paisajes que irás descubriendo por el camino. En Sibiel destaca su iglesia de la Santa Trinidad, con sus frescos y su colección de iconos de vidrio y madera.
A partir de aquí el panorama será diferente, como si entráramos en una época diferente a la que nos parecerá estar viviendo en Sibiel. Sibiu, una de las ciudades más bonitas de Rumanía, no mira tanto al pasado como otras ciudades y pueblos de Transilvania, sino al presente y al futuro. Merece la pena dar un tranquilo paseo por su casco histórico, con la Piata Mare como referente y con la Piata Mica como escenario en el que se concentran diferentes restaurantes donde comer y cenar en Sibiu.

Merece la pena madrugar para disfrutar con calma de un maravilloso día en los Cárpatos y las Montañas Fagaras. A unos 50 kilómetros de Sibiu por la DN1/E68 nos esperan Cartisoara y su museo dedicado al héroe local Badea Cartan. Después, agarraos porque vienen curvas y en sentido literal: las que caracterizan a la DN7C o Transfagarasan, la segunda carretera asfaltada con más altitud de Rumanía. Lagos de aguas cristalinas, bosques, cascadas y miradores rodearán vuestro recorrido por esta vía -siempre que no esté cerrada a causa de las nevadas-. Eso sí, pon toda la atención en la carretera en todo momento para evitar distracciones y disgustos.
Hay paradas poco menos que obligatorias durante el trayecto, como las que tienen como escenario el lago Vidraru y el castillo de Poienari, la auténtica residencia de Vlad Tepes (Vlad el Empalador). Ten en cuenta que el acceso hasta este punto en lo alto de la montaña no es sencillo y que conlleva un esfuerzo más que notable.
Curtea de Arges será el siguiente alto en el camino que deberíamos hacer en nuestra intensa jornada de turismo. No dejes de ver su catedral-monasterio, su popular Fuente Manole, su Biserica (iglesia) con frescos del Antiguo y del Nuevo Testamento y las ruinas de la residencia medieval Curtea Domneasca.
Unos 40 kilómetros más adelante alcanzaremos el lugar donde nos alojaremos: Pitesti. El día habrá sido tan intenso que no nos quedará tiempo (ni demasiadas fuerzas) para ver muchas cosas de Pitesti más allá del hotel donde nos alojemos. Si es así, no hay problema: para eso tenemos la mañana siguiente…

Pitesti, donde cada año se celebra el festival Simfonia Lalelelor (Sinfonía del Tulipán), es conocida como la Ciudad de los Tulipanes. La iglesia de San Jorge (Biserica Domneasca Stanful Gheorghe), la Puerta de los Héroes (Poarta Eroilor) y la galería de arte Rudolf Schweitzer-Cumpana son algunos de los puntos de interés de esta ciudad que cuenta con más de 150.000 habitantes.
Una vez que hayamos concluido nuestro recorrido por Pitesti, conduciremos unos 120 kilómetros por la E81 hasta Bucarest. Una vez allí podremos continuar la visita que dejamos momentáneamente aplazada al inicio de nuestra ruta por Rumanía. Por ejemplo, con un agradable paseo por el parque Herastrau o por el parque Cismigiu antes de cenar en uno de los restaurantes de la ciudad. Luego se puede continuar la noche en algún local del barrio de Lipscani o regresar pronto al hotel para madrugar al día siguiente.

Tenemos todo un día por delante para disfrutar de Bucarest. Y seguro que aun así nos faltará tiempo para ver todo lo que nos gustaría conocer de la capital rumana. La lista, desde luego, es bastante amplia: el colosal Palacio del Parlamento, la Plaza de la Revolución, el Arco del Triunfo, el Ateneo Rumano, la Ópera de Bucarest, la Curtea Veche, el Palacio del Patriarcado Ortodoxo, la iglesia de Stavropoleos, el Museo de Historia Natural, el Museo Satului, el Museo de Historia de Rumanía… Definitivamente, tendremos que aprovechar al máximo el tiempo en Bucarest, pero siempre sin agobiarnos.

Llega el momento de regresar a casa. Si el horario del vuelo de vuelta os lo permite, podríais aprovechar la mañana del último día en Rumanía para terminar de ver Bucarest o para acercaros a Mogosoaia y su bello palacio, que no está lejos de la capital. Antes de devolver el coche de alquiler en el aeropuerto de Bucarest y volver a casa, ese sería un perfecto colofón para una espectacular ruta por Rumanía.